Siempre me pareció que los taxistas son algo así como las terminaciones nerviosas de la sociedad. Son los que están en contacto directo con la gente, y son los que, involuntariamente, reciben un constante caudal de información y opiniones sobre los temas más variados.
Sea donde sea que tome un taxi, no puedo resistirme a tratar de indagar sobre como está la sociedad; de qué habla la gente, qué piensa, a qué tiene miedo, etc.
Quiero transcribir a continuación el diálogo entre un taxista y una pasajera:
Luego de un larguísimo monologo introductorio me dijo:
– En cuanto tenga dinero me pienso operar las tetas.
– ¿Para qué? – pregunté.
– Pues… para tener más.
– ¿No le basta con tener dos, como todo el mundo? (chiste fácil….)
– Me refiero a unas tetas más… grandes. (hace gestos de tamaño)
– ¡Ah! ¿Y para qué?
– Pues para sentirme más guapa.
– Claro. Disculpe, pero ¿Para qué quiere sentirse más guapa?
– Para ligar más.
– ¿Y para qué quiere ligar más?
– Para poder elegir mejor al hombre de mi vida.
– ¡Claro! No quiero resultar insistente, pero ¿Para qué quiere elegir al hombre de su vida?
– Para casarme con él.
– ¿Para casarse? ¿Y para qué quiere casarse?
– Para tener hijos.
– ¿Y para qué quiere tener hijos?
– Para cuidarlos, y verlos crecer, y todo eso. Y para quererlos y que me quieran…
– Osea, que para sentir el amor de sus hijos necesita inyectarse en el pecho el mismo material que otros usan para sellar ventanas…
– ¿Es usted psicólogo, o algo así?
– No, no… soy taxista, ¿No lo ve?
Nota: En algunas culturas no se dice que hay “mujeres feas”, sino “mujeres pobres“. Interesante, ¿no?
Mi caso fue triste. Mi esposa (actualmente mi ex) me convenició y de hizo las lolas. Luego cambió mucho. Ahora estamos separados hace 7 meses. Algunas mujeres pierden la cabeza por estas cosas….
Me ha causado mucha gracia!