El día a día de los que trabajamos en sistemas está muy relacionado con la resolución de diversos tipos de problemas. Posiblemente estas tareas no sean las mejores, o las más divertidas; pero así son las cosas.
Dentro de los distintos tipos de problemas con los que uno se encuentra, hay uno que me llama mucho la atención, y es el caso de los sistemas (o funcionalidades de los sistemas) que misteriosamente, y sin razón aparente dejan de funcionar.
Abordar la solución de problemas con pre-conceptos del tipo “no cambió nada“, o “nadie tocó nada“, no es un buen comienzo. Generalmente esto lleva a resultados frustrantes, y dilata sensiblemente el tiempo requerido para hallar la solución.
Lo primero que uno necesita es romper con esos pre-conceptos. Si el sistema de ayer a hoy dejó de funcionar, como mínimo cambió la fecha (el número y el día, cuando no el mes y el año). Al mismo tiempo, de ayer a hoy seguramente hay varias personas que pudieron haber realizado cambios, en diversos lugares, que pueden haber afectado (directa o indirectamente) el funcionamiento del sistema. Que de ayer a hoy nada cambió, no es cierto.
Habiendo quitado ese pre-concepto, ya se puede comenzar a buscar la solución de otra forma, seguramente de una forma más objetiva. Mientras uno siga con la idea de problemas misteriosos, y sin sentido, nada bueno ni útil va a salir.
Si ayer funcionaba, y hoy no, indefectiblemente, algo ha cambiado. Hay que focalizarse en encontrar dónde se produjo el cambio. No es cuestión de entrar a meter manos por todos lados, hacer cambios azarosos, reiniciar equipos, etc. Esto solo va a ensuciar más el terreno.
Por otro lado, si tenes que llamar a alguien para que te ayude a resolver el problema (como el administrador de sistemas, por ejemplo), lo mejor es que lo llames, le comentes la situación, y le preguntes sobre cualquier cambio que él haya realizado que pueda haberte afectado. Llamar alterado, nervioso, desesperado, diciendo que no sabes porque el sistema X dejó de funcionar, que nadie tocó nada, y si él sabe qué podrá ser, no es una buena técnica, lo más probable es que recibas como respuesta una negativa, y que sigas si hallar la solución.
Las cosas no dejan de funcionar porque sí, así como tampoco los problemas se resuelven porque sí. Concentrate en el problema de forma objetiva, busca la razón y el origen del problema, es lo único que te va a llevar a una pronta y efectiva solución. Es mentira que de ayer a hoy nada ha cambiado.
Una ayuda imprescindible para eso es llevar un control de los cambios realizados. Muchas veces los errores aparecen recién meses después de haber hecho cambios, y no tener un registro de las cosas que se hicieron puede ser mortal.