[…] Y los animales oyeron, procediendo de los edificios de la granja, el solemne estampido de una escopeta.
—¿A qué se debe ese disparo? —preguntó Boxer.
—¡Para celebrar nuestra victoria! —gritó Squealer.
—¿Qué victoria? —exclamó Boxer. Sus rodillas estaban sangrando, había perdido una herradura, tenía rajado un casco y una docena de perdigones incrustados en una pata trasera.
—¿Qué victoria, camarada? ¿No hemos arrojado al enemigo de nuestro suelo, el suelo sagrado de “Granja Animal”?
—Pero han destruido el molino. ¡Y nosotros hemos trabajado durante dos años para construirlo!
—¿Qué importa? Construiremos otro molino. Construiremos seis molinos si queremos. No apreciáis, camaradas, la importancia de lo que hemos hecho. El enemigo estaba ocupando este suelo que pisamos. ¡Y ahora, gracias a la dirección del camarada Napoleón, hemos reconquistado cada pulgada del mismo!
—Entonces, ¿hemos recuperado nuevamente lo que teníamos antes? —preguntó Boxer.
—Esa es nuestra victoria —agregó Squealer.
Esto fue escrito por 1950 aprox. Excelente autor. Tan cierto como escalofriante. Lo lamento por Boxer, tanto esfuerzo por construir el molino y una vez que se jubiló, napoleón lo vendió para mortadela…