Hay frases que se repiten (o repetimos) constante y sistemáticamente.
Una de esas frases fue muy usada durante el año 2009: «Toda crisis es una oportunidad», o «Las épocas de crisis son épocas de oportunidades».
Esta frase la he oído no menos de 50 veces a lo largo de 2009, e incluso la he visto pegada en recepciones y salas de reunión de diversas empresas.
Creo que esto de las crisis y las oportunidades no es tan así, es más, creo que tiene poco, muy poco de verdad.
Cuando uno se pregunta sobre el origen de esta frase, la razón con la que se encuentra es que el ideograma que usan los chinos para la palabra crisis se construye por yuxtaposición de los correspondientes «peligro» y «oportunidad». El argumento no parece muy sólido, ¿no? Más que solidez lo que transmite es una escasez, limitación y pobreza por parte de los ideogramas para expresar las diversas situaciones y vivencias de la vida de una persona o sociedad. Nuestro idioma es mucho más rico y completo: tenemos una palabra para cada cosa.
Más allá de las cuestiones idiomáticas, estas son algunas de las razones por las que me parece que “crisis” no es igual a “oportunidad“:
- Sentido común: La crisis es crisis, y la oportunidad, oportunidad. No son términos intercambiables, no se puede reemplazar el uno por el otro. Un columnista que busca una oportunidad para escribir en un periódico, nunca le diría al editor: «¿Me da la ‘crisis’ de mostrarle mi trabajo?»
- Reacciones emotivas: Las reacciones emocionales de las personas son distintas en las «crisis» que en las «oportunidades». En general las crisis traen más dolores de cabezas que expectativas y esperanzas.
- No potencia la creatividad: No creo que sea necesario explayarme mucho al respecto. Si las crisis potenciasen la creatividad y la inventiva, Argentina debería estar en la cresta de la ola creativa. Sin embargo, muy por el contrario, los países con mayor estabilidad y menor cantidad de crisis económicas y sociales son los que llevan la vanguardia en inventiva y descubrimientos científicos. En nuestro caso podemos agradecer a las crisis la creación de Clubes de Trueque, y cosas por el estilo.
- No genera verdaderos cambios: Las épocas de crisis no son propicias para la toma de decisiones. En general todas las decisiones que se toman durante una crisis son, cuando no erradas, de «corto alcance», es decir, duran mientras dure la crisis, luego son revertidas.
Durante las crisis las «oportunidades» son siempre a expensas de otro, y no son oportunidades reales. Se pueden presentar, por ejemplo, oportunidades laborales para repartidores de volantes (panfletos) en la calle. Claro, como la actividad económica se retrae, y los comercios no pueden invertir en publicidad radial, o en medios gráficos, reducen los costos en publicidad y ponen a un pibe, por $10 por día a repartir volantes. Gran oportunidad, ¿no?
Adquirir un auto a un muy bajo costo porque otra persona tuvo que malvenderlo debido a una crisis no creo que sea algo bueno y meritorio para atribuirle a una crisis.
Decir que «las épocas de crisis, son épocas de oportunidades», no parece ser algo correcto y defendible; incluso me suena a esas frases hechas para consolar o distraer a los que seguramente saldrán perdiendo y heridos debido a los efectos de las crisis.
En épocas de crisis aplica mucho más la frase «a río revuelto, ganancia de pescadores»; en épocas de revuelo y donde todos están desorientados y desesperados, los pescadores (aquellos que tienen algún botecito, caña, tanza, anzuelo, carnada, etc.) son los que llevan todas las de ganar; los peces: las de perder.
En resumen: las épocas de crisis no son buenas, no son épocas de oportunidades, no fomentan la creatividad y no son momentos donde se tomen buenas decisiones.
No nos dejemos engañar, y sobre todo, cuidémonos de los «pescadores», que se relamen en estas épocas.