Aún para el mismo lector el mismo libro cambia, ya que cambiamos, ya que somos el río de Heráclito.
Category: Para pensar
Sobre la distorsión de algunas cosas
He pensado alguna vez, que quizá una persona que esté enamorada vea a la otra tal como Dios la ve, es decir, la ve del mejor modo posible.
Asmodeo y el Ruso Salzman
El Ruso Salzman era un conocido timbero oriundo del barrio de Flores. Durante muchos años era imposible sentarse en una mesa de juego y que alguien no lo conozca; aunque sea de nombre.
Supongo que por no haber mucha información sobre él, Salzman es mucho menos conocido que Asmodeo. De todas formas esto es algo que, aparentemente, a Asmodeo no le preocupaba.
Éste es el diálogo que mantuvieron Asmodeo y el Ruso Salzman, y del que de alguna forma Alejando Dolina fue testigo:
Asmodeo: Soy Asmodeo, inspirador de tahúres y dueño de todas las fichas del mundo. Conozco de memoria todas las manos que se han repartido en la historia de las barajas. También conozco las que se repartirán en el futuro. Los dados y las ruletas me obedecen. Mi cara está en todos los naipes. Y poseo la cifra secreta y fatal que han de sumar tus generalas cuando llegue el final de tu vida.
Salzman: ¿No desea jugar un chinchón?
Asmodeo: No, Salzman. Vengo a ofrecerle el triunfo perpetuo. Con sólo adorarme ganarás siempre a cualquier juego.
Salzman: No sé si quiero ganar.
Asmodeo: ¡Imbécil…! ¿A caso quieres perder?
Salzman: No. Tampoco quiero perder.
Asmodeo: ¿Qué es lo que quieres entonces?
Salzman: Jugar. Quiero jugar, maestro… Hagamos un chinchón.
Sobre los Estadistas
Un político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones.
Tiempo e innovación
El que no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el tiempo es el máximo innovador.
La importancia de aprender
Enseñar no es una función vital, porque no tienen el fin en sí misma; la función vital es aprender.
Cuando termina el juego
Cuando termina el juego el Rey y el peón vuelven a la misma caja.
Anónimo
Potencia intelectual
La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
Argumentos
El argumento se semeja al disparo de una ballesta, es igual de efectivo dirigido a un gigante que a un enano.
¿Por dónde empezar?
Lo último que uno sabe es por dónde empezar.