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Vecino: Y ¿Viste?, Así es el ritmo de estos tiempos, uno se ve con sus vecinos todos los días pero casi que no los conoce.
Diego: Si, lamentablemente es así…
Vecino: ¿Vos a que te dedicas, che?
Diego: Trabajo en sistemas, básicamente.
Vecino: ¡Ah!, ¡Qué bien! Esa es una profesión con futuro. Ahora todo está conectado a una computadora, o a Internet.
Che, vos sabes que justamente tengo un problemita, ¡Que debe ser una pavada!, con unas películas que compramos por ahí. El tema es que no se ve nada. El sonido se escucha bien, pero no se ve la imagen.
Diego: Ajá. Que cosa rara….
Vecino: ¿Vos no le podrás pegar una miradita? Seguro que es una pavada.
Diego (Tratando de sacárselo de encima): Ando medio complicado de tiempo, tendríamos que ver de coordinar en algún momento. Además, eso no es mi especialidad.
Vecino: Pero eso no debe ser algo complejo. Digo, porque hoy en día ver películas es muy común en las computadoras.
Diego: Si, pero como todas las actividades, o profesiones, hay áreas de especialización; y la verdad que el área multimedia -así se llama a esa rama de la informática-, no es para nada mi especialidad. Esto pasa en todas las actividades, ¿vio? ¿Usted a que se dedica, por ejemplo?
Vecino: No, lo mío nada que ver, yo tengo una carpintería. Está de acá a unas 20 cuadras. Soy uno de los más viejos del barrio. Hace un montón que estoy ahí.
Diego (con una sonrisita en la boca): ¡Ah!, ¡Qué bien! ¿No me haces una mesa?
Vecino: Silencio
Diego: Silencio
Vecino: Bueno, Diego, me tengo que ir, che. Un gustazo. Después algún día veremos eso de los vídeos.
Diego: No hay problema. Un gusto para mi también. Nos vemos.
Últimamente ando con bastante poca paciencia, y con muy pocas pulgas, pero este diálogo y post no tienen nada que ver con mi estado de ánimo ni emocional.
Desde hace algún tiempo manejo la teoría de que la gente no se escucha a sí misma cuando habla. Valga entonces, este post, como constancia de mi primer experimento sobre este tema.