Nuestros impuestos transforman.

biblioteca

Hace unos pocos días pasé frente a la Biblioteca Nacional. Siempre que veo ese edificio me llama la atención. Es un edificio raro. Me gusta; pero me parece raro.

En una de las paredes exteriores había un enorme cartel que informaba sobre todas las cosas disponibles en la Biblioteca, como música, partituras, películas, mapas, fotografías, y varias cosas más; porque sí, en la Biblioteca Nacional hay mucho más que libros. Y eso está buenísimo.

También se informaba sobre todas las actividades que se desarrollan en la Biblioteca y de las que se puede participar, como exposiciones, talles de lectura y de escritura, conciertos, conferencias, y muchas cosas más.

Me encantó ver ese cartel. Me pareció muy buena la idea de informar (o publicitar), desde la misma Biblioteca Nacional, todas las herramientas que ahí hay disponibles y todas las actividades que ahí se desarrollan.

Pero.

Pero al final del cartel había una leyenda, una frase que no me convenció. Decía: «y no tenés que pagar nada, porque la Biblioteca es tuya».

No me gustó esa frase. No me gusta. Alguna otra frase como: «y no tenés que pagar nada, porque tus impuestos se transforman en todo esto», o «y no tenés que pagar nada, porque tus impuestos vuelven en obras y en cultura», hubiera sido más acertada. Cualquier frase que enseñe, que eduque sobre la importancia del pago de impuestos creo que hubiera sido más acertada.

Cuando pagamos impuestos es posible que pasen esas cosas, sino no. La frase publicada, además, genera una idea ambigua o distorsionada sobre esa relación de propiedad, o pertenencia, o posesión sobre algo público, sea la Biblioteca Nacional, un tren o el banco de una plaza.

Si todos dejamos de pagar nuestros impuestos, todo eso desaparece: el edificio y todo su contenido. Todo se desvanece.

Nada de lo que está en la Biblioteca Nacional es mío. Nada de lo que está en la Biblioteca Nacional es tuyo. Pero con mi aporte y con el tuyo, con el pago de nuestros impuestos hacemos que sea posible, y que podamos acceder y tengamos a nuestra disposición increíbles recursos, herramientas y actividades que, sin duda, nos harán mejores personas y mejores ciudadanos.

Freno al Voto Electrónico

A pesar de que el proyecto de Reforma Política del oficialismo consiguió la media sanción en la Cámara de Diputados, el bloque «Frente para la Victoria-PJ» no acompañó la iniciativa, y haciendo valer su mayoría en la Cámara de Senadores el 24 de Noviembre de 2016, no firmó el dictamen necesario para avanzar con el proyecto de ley.

El bloque de Senadores del Frente para la Victoria-PJ emitió un comunicado de prensa en el que se detallan las razones por las que no apoyaron la iniciativa. Uno de los puntos ─a lo mejor el más importante─ es el que indica que «se recogieron las objeciones que los expertos informáticos presentaron en las reuniones de comisión en cuanto a la alta vulnerabilidad de algunos de los métodos electrónicos propuestos»

Sin duda este freno al voto electrónico en Argentina va a ser momentáneo. Van a volver a insistir. Van a intentar imponerlo nuevamente. Espero que vuelvan a fracasar, espero que todas las personas e instituciones que lograron activar este freno de último momento sigan estando atentos y presentes para evitar estos atropellos institucionales que sin duda nos van a resultar extremadamente caros.

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Máquinas y poder.

Las máquinas son, de algún modo, una metáfora del poder. La máquina opera. La máquina tiene razón. La máquina tiene razón a partir de un sin razón; tiene razón de un modo automático; y opera. No importa lo que el usuario argumente porque no tiene cómo argumentar. En algún punto se suspende cualquier controversia, cualquier disputa, cualquier posibilidad de argumentación y la máquina opera, avanza, continúa con su plan de ejecución. Esta característica de las máquinas es lo que hace que muchos nos opongamos al voto electrónico, a interponer una máquina -una computadora- entre la voluntad de un elector y la manifestación de su voluntad.

Hoy había un plenario de comisiones en la Cámara de Senadores para tratar, entre otras cosas, la reforma electoral y la implementación de voto electrónico en las elecciones a nivel nacional. La implementación de voto electrónico es un punto de gran controversia y discusión. Por un lado están los especialistas en informática, quienes se oponen, porque el voto electrónico no garantiza derechos básicos de los electores como el secreto del voto y la auditabilidad del proceso electoral; por otro lado están los políticos -senadores y diputados-, quienes sólo quieren obedecer un capricho presidencial e implementar el sistema sea como sea.

Hoy mismo, y sin previo aviso, el plenario de comisiones fue suspendido. El plenario estaba agendado desde hace tiempo y a él habían sido convocados varios especialistas informáticos a exponer sobre el tema, a poner sobre la mesa los argumentos, las razones por las que implementar voto electrónico no es una buena decisión, y poder discutir sobre eso. El plenario se suspendió. Sin previo aviso, sin posibilidad de discusión, sin argumentaciones.

Las máquinas son una metáfora de ése poder: el poder de tener razón en un sin razón, el poder de avanzar -de avasallar- sin importar argumentos ni nada, el poder de incluso anular cualquier posibilidad de discusión, disputa y reclamo, el poder de continuar con el plan de ejecución hasta finalizarlo.

Hoy los Senadores nos dieron un ejemplo de ése poder, y contra ése poder es contra el que debemos luchar.

Voto electrónico. Media sanción en Diputados.

El miércoles 19 de Octubre de 2016 la Cámara de Diputados de la Nación dio media sanción al proyecto de ley que propone una reforma electoral para incorporar, entre otras cosas, «sufragio y escrutinio electrónico» en las elecciones de nivel nacional; esto es: implementar voto electrónico en la República Argentina.

Votar usando computadoras es abrirle la puerta (grande) al fraude.

Dar media sanción a éste proyecto, desde mi punto de vista, fue un error, sobre todo por la evidencia que muestra los inconvenientes que ya hubo en otros países del mundo como Alemania y Holanda, por ejemplo. La tendencia mundial es a alejarse del voto electrónico. Muchos países incluso lo han declarado inconstitucional; Alemania y Holanda son nuevamente un ejemplo de eso.

La media sanción al proyecto de ley quiere decir que el proyecto fue enviado a la Cámara de Senadores para su revisión y aprobación. No sabemos aún qué pasará en esa instancia.

En caso que el proyecto se convierta en ley, Argentina incorporará voto electrónico en las próximas elecciones nacionales.

El voto electrónico va a traer problemas y conflictos. Va a generar más dudas que certezas. No sé cuánto tiempo nos tomará, pero estoy seguro que en algún momento vamos a llegar a derogar esa ley y a volver a votar de forma directa (sin que una computadora medie entre nuestra voluntad y su representación). Cuando ese día llegue muchos de los impulsores y defensores del voto electrónico se van a hacer los distraídos. Es por eso que quiero dejar aquí una copia del acta de la Cámara de Diputados con el resultado de la votación; en ella se puede ver quiénes fueron los Diputados que haciendo oídos sordos a todas las recomendaciones y advertencias sobre los riesgos del voto electrónico votaron favorablemente éste proyecto.

Acta de votación.

La historia de las cosas

¿De dónde vienen las cosas que usamos? ¿Y a dónde van a parar?

Las cosas que consumimos se mueven a través de un sistema llamado «la economía de los materiales», y según nos contaron éste sistema está compuesto por los siguientes pasos:

  1. extracción
  2. producción
  3. distribución
  4. consumo
  5. descarte

Bien, este sistema está incompleto. Faltan varios puntos o instancias en el medio. Para comenzar, falta el detalle de la interacción de casa paso con el mundo real: las sociedades, las culturas, las personas, las economías regionales y el medio ambiente, entre otras cosas.

En éste vídeo, Annie Leonard nos muestra todas las instancias que hay en el medio de cada uno de cinco pasos del sistema, y cómo interactúan con el mundo real, nos muestra que éste sistema está lejos de ser sustentable y que necesita ser reemplazado antes de que sea demasiado tarde.

Vídeo para descargar.

El clima está loco

Interesante intervención de Martín Caparrós en un evento organizado por Casa América en el que expone algunos puntos de vista alternativos sobre el cambio climático y el medio ambiente.

Caparrós analiza, entre otros, los siguientes puntos:

  • ¿Porqué el medio ambiente y el cambio climático se han impuesto en la agenda mundial por encima de temas como el hambre, la desnutrición infantil, la salud, la educación, la exclusión, la miseria, etc?
  • El cambio climático y los ¿nuevos? negocios.
    • El próximo paradigma energético
    • El protocolo de Kioto y los bonos -o créditos- de carbono.

Vídeo para descargar.
Audio para descargar.

Una estafa a gran escala. Los riesgos de una ilusión.

«La tecnología puede mejorar cualquier cosa» «Podemos confiar completamente en la tecnología» «La tecnología es infalible»

Estos son algunos de los argumentos falaces con los que se intenta defender el voto electrónico. Votar usando computadoras es abrirle la puerta al fraude, a la estafa. Es probable que ya nos hayan estafado. Es probable que ya te hayan estafado. Con tecnología, y sin que te dieras cuenta. ¿Cómo? Escuchá.

Entrevista a @arilijalad (fragmento)

Votar usando computadoras es abrirle la puerta al fraude. Las computadoras ejecutan un programa, y éste puede ser cambiado o reemplazado. Puede ser reemplazado incluso durante la elección por otro diseñado, por ejemplo, para dar totales falsos, o registrar los votos emitidos por los usuarios comprometiendo así el secreto del voto. Esto y mucho más puede hacerse sin que ningún usuario note absolutamente nada.

El voto electrónico, en cualquier de sus formas, abre la puerta al fraude. Un fraude posiblemente indetectable.

Voto electrónico. Los riesgos de una ilusión.

Votar con computadoras es abrir una puerta grande al fraude. La computadora ejecuta un programa, y el programa puede ser cambiado o reemplazado. Puede ser reemplazado temporalmente durante la elección por otro diseñado para dar totales falsos. Ningún estudio del programa que debería correr puede asegurar que otro programa no actúe mal.

La votación es una actividad especial porque normalmente el votante no puede averiguar, según los totales, que su voto ha sido contado correctamente, y hay que desconfiar de todas las partes involucradas. No podemos dar por supuesto que el fabricante es honesto, ni que la autoridad electoral es honesta, ni que los dos no conspiran juntos.

El sistema electoral debe ser a prueba de todas las posibilidades, pero ésto es imposible con una computadora.

Muchos activistas de software libre piensan que usar el software libre en la máquina de votación asegura una elección honesta. Usar software privativo es malo aquí, como siempre: el fabricante podría diseñarlo a sus anchas para fraude. Pero ser libre no basta, porque luego la autoridad electoral podría hacer el fraude. El único sistema confiable es votar con papel.

Algunos investigadores han propuesto sistemas muy sutiles de encriptación para votar. Dicen que con esos sistemas el fraude es imposible. Quizás tengan razón, pero tal conclusión no es fácil de comprobar con certeza. Si algún día parece haber un sistema de confianza para el voto digital, la sociedad debe probarlo gradualmente, a lo largo de una década. En los sistemas electorales, cambiar con prisa es arriesgar todo.

Copyright 2008 Richard Stallman
Se permite la distribución y la copia literal de este artículo en su totalidad y por cualquier medio siempre y cuando se conserve esta nota.

 

Con este prefacio de Richard Stallman comienza el libro «Voto electrónico. Los riesgos de una ilusión». Un libro que recorre la historia del voto electrónico en el mundo y en Argentina, analizando las diferentes formas de implementación propuestas, los problemas que se detectaron en cada uno y las discusiones políticas comenzaron por avalarlo para luego rechazarlo, y en la mayoría de los casos prohibirlo definitivamente.

Un libro con mucho material para entender qué es el voto electrónico y los riesgos que hay detrás de él.

Gracias a la fundación Vía Libre y a la fundación Heinrich Böll esta recopilación y análisis de la historia del voto electrónico está al alcance de todos nosotros, una recopilación y análisis fundamental que nos da la oportunidad de aprender de los errores que otros ya cometieron, y no repetirlos.

Puede obtener una copia en PDF del libro aquí. O bien directamente del sitio de la fundación Vía Libre, aquí.

Sobre el derecho al olvido

El derecho al olvido es un concepto activo, y no una cosa abstracta, que pretende borrar o modificar el pasado para de esa forma, modificar el presente y también el futuro.

Todos tenemos derecho a equivocarnos. Todos tenemos derecho a cambiar de pensamiento, de opinión, de forma de ser y de actuar. También tenemos derecho a cambiar todo lo que necesitemos y consideremos que nos permite crecer y avanzar. Tenemos derecho a cambiar cualquier cosa que antes hacíamos mal y que ahora ahora podemos o sabemos hacer mejor. Eso sí, debemos ser honestos y valientes para reconocer nuestros cambios, que antes procedíamos de una forma y que hoy lo hacemos de otra; de alguna manera reconocer y aceptar que con el conocimiento que tenemos hoy, antes actuábamos mal o de una manera equivocada.

Es sólo en ese contexto en el que podemos exigir ─y también recibir─ el derecho al olvido, el derecho a no ser juzgados ─o prejuzgados─ por cosas que hayamos dicho o pensado antes; en el contexto de la valentía y la franqueza: antes pensaba o creía tal cosa, hoy me doy cuenta que estaba equivocado: hoy soy distinto.

Pero, ¿cómo podría alguien olvidar algo que desconoce? ¿Cómo podríamos garantizar ese derecho al olvido si, simplemente, ignoramos o borramos lo que pasó? ¿Cómo podría alguien ser mejor persona hacia adelante tapando y ocultando su pasado? ¿Cómo podríamos aprender de los errores, propios y ajenos, si todo el tiempo intentamos esconderlos, tacharlos y negarlos?

Me hago estas preguntas porque por estos días está muy de moda que algunas personas intenten borrar parte de su pasado, solicitando a los motores de búsquedas y otros servicios de indexación de contenidos, que quiten de sus resultados toda información vinculada a hechos desafortunados (algunos realmente no tan graves, como un tuit enviado sin pensar) que ellos prefieren ocultar (o negar), alegando en su pedido que ejercen el derecho al olvido.

Alguien que solo pretende borrar el pasado, no es alguien que intenta mejorar y superarse, es un oportunista. Un farsante. Un caradura. Es alguien que nunca obtendrá el derecho al olvido porque siempre estará repitiendo, una y otra vez, de forma constante lo mismo: cambiar según le convenga.

El tiempo es el olvido; el tiempo es la memoria. El tiempo hará que recordemos lo que debemos recordar y el tiempo hará que olvidemos lo que debemos olvidar. Forzar el recuerdo y el olvido no servirá de mucho, porque no podemos forzar el tiempo, y es él el que cubre, y descubre, el que olvida y recuerda, el que nos ayuda y fuerza a aprender del pasado; incluso aprender a no forzar el olvido, a no borrar el pasado.